sábado, 6 de julio de 2013

El enemigo imparable

El enemigo imparable

El cáncer es una de las principales causas de mortalidad en los países desarrollados y, por eso, en las últimas décadas se han destinado grandes cantidades de dinero a investigar sobre este grave problema de salud. Cientos de grupos de investigación en todo el mundo trabajan día a día para conseguir la cura contra ésta enfermedad, y, aunque los tratamientos contra el cáncer mejoran continuamente, a pesar de los esfuerzos de estos investigadores, todavía no se ha conseguido derrotar completamente a ésta enfermedad. ¿Cómo es posible que tras tantos años de inversiones e investigaciones el cáncer continúe suponiendo un problema tan grave para la salud humana?

Para poder responder esa pregunta debemos entender primero que es el cáncer. Un cáncer es una masa de miles de células que se produce donde no debe, todas ellas producidas a partir de una única célula inicial. Es decir, un cáncer se produce cuando en un órgano o tejido determinado una célula comienza a dividirse de forma incontrolable produciéndose una división continua que da lugar a la gran masa de células a la que llamamos tumor.
 Sin embargo este tumor no es un peligro real, ya que puede extirparse con cirugía y adiós problema (siempre y cuando no se encuentre en una zona de difícil intervención quirúrgica). Se trata, en este caso, de un tumor BENIGNO. Cuando realmente se convierte en un problema es cuando las células de la masa del tumor, adquieren la capacidad de soltarse de ésta, escapar por la sangre y llegar a otra parte del cuerpo produciendo allí otro tumor. Éste proceso se llama METÁSTASIS y cuando se produce se dice que el tumor es MALIGNO. Cuando se produce la metástasis empiezan a aparecer tumores por todo el cuerpo y esto es realmente lo que acaba matando al paciente.

Y ¿por qué se produce un tumor? Lo cierto es que estamos cansados de oír que esto o aquello es cancerígeno, pero realmente, ¿que causa el cáncer? La verdad es que existe una infinidad de cosas que pueden propiciar la aparición de un cáncer y, normalmente, el cáncer se produce por una acumulación de motivos. Para que una célula llegue a descontrolarse y comience a dividirse de forma continua y exagerada produciendo un tumor, tienen que fallar muchos mecanismos que tiene la célula para controlar cómo y cuándo se divide. Para que esto ocurra, se deben producir muchas mutaciones, es decir, muchos cambios en el ADN de esta célula, en sus genes. Estos cambios, si se dan sobre genes que controlan cuándo debe dividirse la célula, pueden hacer que estos genes dejen de funcionar correctamente, lo que  termina por llevarnos a un descontrol en la división de esa célula, que puede provocar una división exagerada, generando un tumor. Por lo tanto, en resumen, un cáncer se produce por una acumulación de mutaciones que hacen que sus genes encargados de controlar su división dejen de funcionar como deben.*

Y ¿qué es lo puede provocar estas mutaciones? Pues para empezar, nosotros mismos podemos causar cáncer. Como sabemos, cada vez que una célula se divide, su ADN debe copiarse para que una copia de éste se quede en cada una de las células hijas. Los mecanismos de copia, aunque son muy buenos, no son completamente perfectos y pueden cometer errores, es decir, pueden introducir mutaciones que si se acumulan en la misma célula pueden llegar a causar cáncer.

Además existen muchísimas sustancias químicas que pueden provocar mutaciones en el ADN, como los famosos componentes del tabaco, y otras muchas cosas. Además hay agentes físicos que pueden provocar estas mutaciones, como la luz ultravioleta (UV), presente en la luz solar, o las sustancias radiactivas. Todos estos compuestos que llamamos cancerígenos, simplemente aumentan la probabilidad de que éste se desarrolle porque pueden provocar mutaciones, y cuantas más mutaciones se produzcan, más probable es que se den en genes que controlan la división de la célula, haciendo que no funcionen bien, y pudiendo provocar la aparición del cáncer.

 Pero si hay tanto esfuerzo puesto en investigación contra el cáncer, ¿por qué todavía no podemos con él? La verdad es que el cáncer ha demostrado durante muchos años ser un enemigo casi perfecto, una máquina biológica magníficamente preparada para sobrevivir.

Para empezar, hay una diferencia principal entre el cáncer y otras enfermedades. Cuando sufrimos una infección, podemos atacarla con antibióticos, porque las bacterias que la causan son células muy distintas a las nuestras y podemos usar esos fármacos atacando los procesos en los que se distinguen de nosotros, dañando así únicamente a las bacterias que causan la enfermedad. Sin embargo, con el cáncer es distinto, ya que se trata de nuestras propias células, por lo que es muy complicado poder atacar al cáncer sin atacar al resto de nuestras células, porque no podemos distinguirlas con claridad. Por eso la quimioterapia contra el cáncer es tan dañina para el paciente, perdiéndose el pelo, etc.  porque es como lanzar una bomba que mate a los malos, pero que se cobre la vida también de algunos civiles como daños colaterales.

Nuestro organismo tiene varios sistemas para evitar el cáncer: éste es atacado por nuestro propio sistema inmunitario, las células de alrededor no permiten que las células del tumor se suelten y puedan provocar metástasis y además el cáncer necesita mucha comida, y cuando se forma no hay vasos sanguíneos alrededor que puedan llevársela. Pero el cáncer, es capaz de evitar todo esto, tiene mecanismos exquisitos y muy complejos para evitar el ataque del sistema inmunitario, sus células consiguen soltarse de las de alrededor (algo que no pueden hacer las células normales), y el mismo tumor puede “llamar” a los vasos sanguíneos y hacer que se formen hacia él y le lleven toda la sangre que necesite.

Y por si todo esto fuera poco, además, el cáncer tiene un mecanismo más de supervivencia, el más mortal y peligroso de todos. Imaginemos un cáncer formado por 1000 células, el paciente que lo sufra se somete a un tratamiento que resulta ser muy eficaz, y mata a 999, dejando sólo una viva. Ésta célula viva es resistente al fármaco, y puede dividirse hasta reconstituir otras 1000 células (ya que tiene capacidad de división ilimitada), pero esta vez, las 1000 células son idénticas a ésta y, por lo tanto, todas ellas resistentes al fármaco. Si ahora se utiliza otro fármaco distinto ocurrirá lo mismo, y así sucesivamente, en un proceso que algunos expertos consideran una evolución por selección, como la que describió Darwin, dentro de nuestro cuerpo.
Esto hace al cáncer muy difícil de tratar y se utilizan terapias que combinan distintos fármacos para evitar esto, pero el cáncer, muchas veces continúa escapando. Todavía nos queda mucha batalla por delante contra éste imparable enemigo.




*Se trata de una simplificación, no solo deben estropearse los genes que controlan la división de la célula, sino muchos genes distintos, aunque éstos son los principales.


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