El legado de
Mr. Darwin
Charles Darwin es un científico
conocido en todo el mundo, algo de lo que no demasiados científicos en toda la
historia pueden presumir. Sus ideas y su aportación cambiaron por completo las
ciencias de la vida y la forma de pensar de todos los que se dedican a ellas.
La idea de la evolución por selección natural fue sin duda una forma novedosa y
extremadamente rompedora de explicar el porqué de la enorme diversidad de la
vida y de su maravillosa complejidad,
ningún sistema mecánico puede asemejarse a perfección con la que
nuestros músculos y huesos nos hacen movernos, y ni el ordenador más potente
del mundo se acerca lo más mínimo a la complejidad y las capacidades del
cerebro. Estos mecanismos tan complejos se han ido esculpiendo tras miles y
miles de años de evolución. Fue Darwin el que dio con la tecla sobre el cómo
ocurría esto, con su teoría de la evolución por selección natural. El tiempo no
ha podido darle más la razón, y hoy en día todos los que se dedican al estudio
de la vida, solo pueden observarla desde ese prisma.
¿Creacionismo
o Evolucionismo?
Recapitulemos un poco, las
primeras ideas sobre el porqué de la diversidad de la vida en el planeta eran
por supuesto creacionistas, las principales corrientes de pensamiento apuntaban
a que se produjo al principio de los tiempos un diseño inteligente de los
distintos organismos por parte de algo superior, y esto explicaba cómo era
posible la complejidad y diversidad de la vida. Si nos detenemos un momento a
pensar, no resulta extraño en absoluto que fuera ésta la explicación
mayoritaria en aquella época. Los científicos llaman a eso el argumento del
relojero, si una persona se encuentra un reloj en el suelo y lo abre,
observando la complejidad que alberga, lo natural es pensar en que alguien
inteligente lo haya construido, y no que sus piezas se hayan ensamblado
aleatoriamente creando semejante maravilla.
Es por esto, que no resulta raro
que las primeras ideas para explicar la diversidad y complejidad de la vida.
Dicho sea de paso, éstas corrientes todavía no se han extinguido del todo, y todavía hay grupos de personas que defienden esas ideas, basándose sobre todo
en la falta de conocimiento científico sobre algunos temas para argumentar la
existencia de ese diseño inteligente. Sin embargo, y para su desgracia las
pruebas científicas apuntan en otra dirección: la complejidad y de las especies
se lleva a cabo mediante años y años de evolución.
A pesar de que Darwin es sin
duda, el evolucionista más conocido, no fue de ningún modo el primero en pensar
que las especies evolucionaban. Hubieron otros pensadores anteriores y
contemporáneos a él que desarrollaron ideas evolucionistas. Lo novedoso de
Darwin es que encontró el mecanismo que hacía posible esto.
¿Cómo funciona
la selección natural?
Para entenderlo podemos poner un
ejemplo muy simple. Si un pastor de vacas tiene un gran rebaño, seguro que
tiene algunas vacas que dan más leche que otras. Sin duda, a éste le interesará
cruzar a aquellas que produzcan más leche, así, las hijas de éstas producirán
también más leche. Si cada generación hace lo mismo, al final, el rebaño estará
formado por vacas que produzcan mucha leche, ya que sólo estas se habrán
reproducido y habrán tenido hijos. Esto ocurre a diario en las granjas y campos
y se llama selección artificial. La idea de Darwin era sencilla, esto también
ocurría en el mundo salvaje, solo que en ese caso no había ningún pastor que
eligiera que animales eran los que se reproducían, sino que era la propia vida
salvaje, la propia competencia y lucha por la supervivencia, la que los elegía.
En definitiva, el mecanismo que
describió Darwin de evolución por selección natural consta de dos pasos.
Primero la variación genética. Ninguno somos iguales a nuestros padres, aunque
heredamos sus genes y por eso nos parecemos a ellos en distintos caracteres,
nunca somos idénticos. Esto es así porque la vida tiene mecanismos que permiten
la variación genética entre generaciones. Por lo tanto, todos los individuos
somos genéticamente únicos, las variaciones entre individuos de la misma
especie a nivel genético son minúsculas, pero son las que hacen posible que
cada uno sea diferente, y esto ocurre con todas las especies. Estas diferencias
pueden hacer un individuo sea más competitivo o menos, y, por supuesto hay
diferencias que no afectan ni positiva ni negativamente al individuo. En esto
consiste el segundo paso. La selección del más eficiente. Aquellos individuos
que sean más eficaces para sobrevivir en la naturaleza y para reproducirse, son
los que lograrán tener descendientes, que llevarán sus genes, de forma que
generación tras generación, serán estos los que vayan pasando sus genes a la
siguiente. Por ejemplo si un
felino como un tigre o un león desarrolla unas garras más eficaces para cazar
(por la lotería de las diferencias genéticas), tendrán más probabilidades de
sobrevivir, y por lo tanto de tener hijos que lleven sus genes, y así
sucesivamente generación tras generación hasta que tras el paso de muchos años,
todos los miembros de la especie tengan esas garras. Y por supuesto, para esto,
son tan importantes los caracteres que mejoren la capacidad de sobrevivir, como
los que mejoren la capacidad de reproducirse, lo importante para la evolución no es la supervivencia del individuo,
sino la de sus genes. A la suma de la habilidad para sobrevivir y la
habilidad de reproducirse se le llama, EFICACIA BIOLÓGICA, y cuanto mayor sea,
mayor probabilidad tendrá el individuo de transmitir sus genes.
Así, si un carácter nuevo surgido
por azar gracias a la variación genética es beneficioso, acabará por imponerse,
y si es perjudicial, acabará por desaparecer.
Cabe recalcar que aunque el gran
mérito de ésta importantísima teoría se lo ha llevado por completo Charles
Darwin, otro científico contemporáneo suyo, de condición mucho más humilde
llamado Alfred Russel Wallace, desarrolló la misma teoría al mismo tiempo, de
hecho la presentaron juntos a la comunidad científica. Sin embargo Wallace se
retrató poco después al no aceptar la idea de Darwin de incluir al se humano
dentro de su idea de la evolución, pronunciado que era descendiente de los
primates. A lo que Darwin respondió con una carta personal dirigida a Wallace
en la que le decía “Espero que no haya
matado usted nuestra preciosa criatura”.
¿Es la única
forma posible de evolución?
No lo es. Darwin olvidó en su
teoría el tercer tipo de variación genética que puede darse: aquellos cambios
que no reportan ni perjuicio ni beneficio. Es por eso, que la selección
natural, pese a su importantísimo papel en la evolución, no es la única forma
de evolución que existe. Este tipo de cambios no tienen ningún papel sobre la
eficacia biológica de los individuos que los llevan, por lo que varían
aleatoriamente generación tras generación, pueden permanecer o perderse y
constituyen otro mecanismo de constante evolución llamado deriva genética.
¿Es la
evolución una escalera?
Otra idea interesante es que la
teoría de la evolución de Darwin ha llegado a conocimiento de mucha gente en
forma de una escalera, en la que los organismos evolucionan linealmente, y que
el ser humano está en la cima de esta escalera de la evolución. Nada más lejos
de la realidad. La evolución no actúa en forma de escalera, sino en forma de
árbol. Ninguno de los organismos
actuales está más evolucionado que otro, sino que su diseño ha sido optimizado
en dirección distinta. Esto significa que el ser humano no está más
evolucionado que una cucaracha, sino que al ser humano, le ha convenido más
poseer un potente cerebro, mientras que a la cucaracha le ha convenido más ser
un organismo pequeño capaz de moverse por el más mínimo orificio. Esto es un
vago ejemplo para explicar el hecho de que es mentira que unos organismos son
evolutivamente superiores a otros, todos los que viven a nuestro alrededor
tienen un diseño óptimo para cumplir las funciones que le son necesarias para
sobrevivir y reproducirse.
¿Y el ser
humano, también evoluciona?
Obviamente, la respuesta es
afirmativa, si bien la selección natural tiene muy poco efecto sobre nosotros,
puesto que casi todos los individuos de nuestra especie sobreviven y se
reproducen con facilidad. Nuestro mundo es menos exigente para esto, y por eso
la presión selectiva es baja, casi todos los individuos se seleccionan para
pasar sus genes a la siguiente generación. Es por eso que los seres humanos
evolucionamos quizá de forma algo más lenta, y en nosotros hay otros mecanismos
evolutivos como la deriva genética, que tienen más importancia que la selección
natural.
Enlaces de interes:
http://www.youtube.com/watch?v=js2oQYxXc_Q
http://www.youtube.com/watch?v=DrgONOsy7z8
Enlaces de interes:
http://www.youtube.com/watch?v=js2oQYxXc_Q
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