martes, 5 de noviembre de 2013

El legado de Mr. Darwin


El legado de Mr. Darwin

Charles Darwin es un científico conocido en todo el mundo, algo de lo que no demasiados científicos en toda la historia pueden presumir. Sus ideas y su aportación cambiaron por completo las ciencias de la vida y la forma de pensar de todos los que se dedican a ellas. La idea de la evolución por selección natural fue sin duda una forma novedosa y extremadamente rompedora de explicar el porqué de la enorme diversidad de la vida y de su maravillosa complejidad,  ningún sistema mecánico puede asemejarse a perfección con la que nuestros músculos y huesos nos hacen movernos, y ni el ordenador más potente del mundo se acerca lo más mínimo a la complejidad y las capacidades del cerebro. Estos mecanismos tan complejos se han ido esculpiendo tras miles y miles de años de evolución. Fue Darwin el que dio con la tecla sobre el cómo ocurría esto, con su teoría de la evolución por selección natural. El tiempo no ha podido darle más la razón, y hoy en día todos los que se dedican al estudio de la vida, solo pueden observarla desde ese prisma.


¿Creacionismo o Evolucionismo?
Recapitulemos un poco, las primeras ideas sobre el porqué de la diversidad de la vida en el planeta eran por supuesto creacionistas, las principales corrientes de pensamiento apuntaban a que se produjo al principio de los tiempos un diseño inteligente de los distintos organismos por parte de algo superior, y esto explicaba cómo era posible la complejidad y diversidad de la vida. Si nos detenemos un momento a pensar, no resulta extraño en absoluto que fuera ésta la explicación mayoritaria en aquella época. Los científicos llaman a eso el argumento del relojero, si una persona se encuentra un reloj en el suelo y lo abre, observando la complejidad que alberga, lo natural es pensar en que alguien inteligente lo haya construido, y no que sus piezas se hayan ensamblado aleatoriamente creando semejante maravilla.
Es por esto, que no resulta raro que las primeras ideas para explicar la diversidad y complejidad de la vida. Dicho sea de paso, éstas corrientes todavía no se han extinguido del todo, y todavía hay grupos de personas que defienden esas ideas, basándose sobre todo en la falta de conocimiento científico sobre algunos temas para argumentar la existencia de ese diseño inteligente. Sin embargo, y para su desgracia las pruebas científicas apuntan en otra dirección: la complejidad y de las especies se lleva a cabo mediante años y años de evolución.
A pesar de que Darwin es sin duda, el evolucionista más conocido, no fue de ningún modo el primero en pensar que las especies evolucionaban. Hubieron otros pensadores anteriores y contemporáneos a él que desarrollaron ideas evolucionistas. Lo novedoso de Darwin es que encontró el mecanismo que hacía posible esto.

¿Cómo funciona la selección natural?
Para entenderlo podemos poner un ejemplo muy simple. Si un pastor de vacas tiene un gran rebaño, seguro que tiene algunas vacas que dan más leche que otras. Sin duda, a éste le interesará cruzar a aquellas que produzcan más leche, así, las hijas de éstas producirán también más leche. Si cada generación hace lo mismo, al final, el rebaño estará formado por vacas que produzcan mucha leche, ya que sólo estas se habrán reproducido y habrán tenido hijos. Esto ocurre a diario en las granjas y campos y se llama selección artificial. La idea de Darwin era sencilla, esto también ocurría en el mundo salvaje, solo que en ese caso no había ningún pastor que eligiera que animales eran los que se reproducían, sino que era la propia vida salvaje, la propia competencia y lucha por la supervivencia, la que los elegía.

En definitiva, el mecanismo que describió Darwin de evolución por selección natural consta de dos pasos. Primero la variación genética. Ninguno somos iguales a nuestros padres, aunque heredamos sus genes y por eso nos parecemos a ellos en distintos caracteres, nunca somos idénticos. Esto es así porque la vida tiene mecanismos que permiten la variación genética entre generaciones. Por lo tanto, todos los individuos somos genéticamente únicos, las variaciones entre individuos de la misma especie a nivel genético son minúsculas, pero son las que hacen posible que cada uno sea diferente, y esto ocurre con todas las especies. Estas diferencias pueden hacer un individuo sea más competitivo o menos, y, por supuesto hay diferencias que no afectan ni positiva ni negativamente al individuo. En esto consiste el segundo paso. La selección del más eficiente. Aquellos individuos que sean más eficaces para sobrevivir en la naturaleza y para reproducirse, son los que lograrán tener descendientes, que llevarán sus genes, de forma que generación tras generación, serán estos los que vayan pasando sus genes a la siguiente. Por ejemplo si  un felino como un tigre o un león desarrolla unas garras más eficaces para cazar (por la lotería de las diferencias genéticas), tendrán más probabilidades de sobrevivir, y por lo tanto de tener hijos que lleven sus genes, y así sucesivamente generación tras generación hasta que tras el paso de muchos años, todos los miembros de la especie tengan esas garras. Y por supuesto, para esto, son tan importantes los caracteres que mejoren la capacidad de sobrevivir, como los que mejoren la capacidad de reproducirse, lo importante para la evolución no es la supervivencia del individuo, sino la de sus genes. A la suma de la habilidad para sobrevivir y la habilidad de reproducirse se le llama, EFICACIA BIOLÓGICA, y cuanto mayor sea, mayor probabilidad tendrá el individuo de transmitir sus genes.
Así, si un carácter nuevo surgido por azar gracias a la variación genética es beneficioso, acabará por imponerse, y si es perjudicial, acabará por desaparecer.
Cabe recalcar que aunque el gran mérito de ésta importantísima teoría se lo ha llevado por completo Charles Darwin, otro científico contemporáneo suyo, de condición mucho más humilde llamado Alfred Russel Wallace, desarrolló la misma teoría al mismo tiempo, de hecho la presentaron juntos a la comunidad científica. Sin embargo Wallace se retrató poco después al no aceptar la idea de Darwin de incluir al se humano dentro de su idea de la evolución, pronunciado que era descendiente de los primates. A lo que Darwin respondió con una carta personal dirigida a Wallace en la que le decía “Espero que no haya matado usted nuestra preciosa criatura”.

¿Es la única forma posible de evolución?
No lo es. Darwin olvidó en su teoría el tercer tipo de variación genética que puede darse: aquellos cambios que no reportan ni perjuicio ni beneficio. Es por eso, que la selección natural, pese a su importantísimo papel en la evolución, no es la única forma de evolución que existe. Este tipo de cambios no tienen ningún papel sobre la eficacia biológica de los individuos que los llevan, por lo que varían aleatoriamente generación tras generación, pueden permanecer o perderse y constituyen otro mecanismo de constante evolución llamado deriva genética.

¿Es la evolución una escalera?
Otra idea interesante es que la teoría de la evolución de Darwin ha llegado a conocimiento de mucha gente en forma de una escalera, en la que los organismos evolucionan linealmente, y que el ser humano está en la cima de esta escalera de la evolución. Nada más lejos de la realidad. La evolución no actúa en forma de escalera, sino en forma de árbol. Ninguno de los organismos actuales está más evolucionado que otro, sino que su diseño ha sido optimizado en dirección distinta. Esto significa que el ser humano no está más evolucionado que una cucaracha, sino que al ser humano, le ha convenido más poseer un potente cerebro, mientras que a la cucaracha le ha convenido más ser un organismo pequeño capaz de moverse por el más mínimo orificio. Esto es un vago ejemplo para explicar el hecho de que es mentira que unos organismos son evolutivamente superiores a otros, todos los que viven a nuestro alrededor tienen un diseño óptimo para cumplir las funciones que le son necesarias para sobrevivir y reproducirse.


¿Y el ser humano, también evoluciona?
Obviamente, la respuesta es afirmativa, si bien la selección natural tiene muy poco efecto sobre nosotros, puesto que casi todos los individuos de nuestra especie sobreviven y se reproducen con facilidad. Nuestro mundo es menos exigente para esto, y por eso la presión selectiva es baja, casi todos los individuos se seleccionan para pasar sus genes a la siguiente generación. Es por eso que los seres humanos evolucionamos quizá de forma algo más lenta, y en nosotros hay otros mecanismos evolutivos como la deriva genética, que tienen más importancia que la selección natural.


Enlaces de interes:

http://www.youtube.com/watch?v=js2oQYxXc_Q

http://www.youtube.com/watch?v=DrgONOsy7z8

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