sábado, 23 de noviembre de 2013

El ataque de los clones


El ataque de los clones

Su nombre fue Dolly, y no tardó en convertirse en la oveja más famosa del mundo.
Fue una gran revolución para la ciencia, y tras este famoso experimento se han hecho otros muchos a lo largo de la historia reciente. Dolly era la primera oveja clonada, y demostraba que los seres humanos somos capaces de clonar mamíferos, incluso de gran tamaño. Parece pura ciencia ficción y sin embargo es un hecho absolutamente cierto.

Para empezar, deberíamos saber lo que es un clon y en que consiste la clonación. Un clon es un individuo genéticamente idéntico a otro, es decir, un organismo que tiene exactamente el mismo ADN que otro. La clonación por lo tanto, consiste en a partir de un individuo, obtener otro que sea idéntico a él.

Aunque Dolly fue el caso más famoso, no fue en absoluto, el primer caso de clonación que se consiguió. La historia comienza con los experimentos de John Gurdon, de los que ya hablamos en el post ¿Por qué mi hígado y mi pulmón son diferentes?, En estos se siguió una estrategia muy curiosa,  en la cuál se utilizaban óvulos de sapo. Un óvulo, es una célula que tiene absolutamente todo lo necesario para empezar el desarrollo embrionario, tiene un montón de reservas de energía acumuladas y toda la maquinaria celular necesaria para los primeros pasos de este proceso.  Sólo le falta una cosa, la mitad de su ADN. Eso es lo único que aporta el espermatozoide al zigoto*1, célula de la cuál todos venimos.

Gurdon, utilizó estos óvulos para hacer su experimento, que consistía en coger una célula adulta de sapo, en este caso, una célula de la piel, y quitarle el núcleo (que contiene todo el ADN del sapo al que se le quita dicha célula). Después, cogió un óvulo de sapo y le quitó el núcleo, tras lo cual, puso el núcleo de la célula de la piel en el óvulo sin núcleo. Los resultados de esto fueron impactantes, revolucionarios, y sencillamente, magníficos. El óvulo, una vez paso de tener un núcleo con la mitad del ADN, a tener uno con el ADN completo “decidió”, que ya no le hacía falta espermatozoide alguno, y comenzó el desarrollo embrionario. Tras completarse éste, nació un renacuajo que como tenía el mismo ADN que el sapo al que se le había quitado la célula de la piel, crecería convirtiéndose en un sapo idéntico al donante. Es decir, en un clon de éste. Gurdon había conseguido clones de sapo a partir tan solo de óvulos de éstos y células de la piel.

Cuando óvulo y espermatozoide se fusionan, se forma el zigoto y comienza a formarse el embrión a partir de él.
Tras éstos abrumadores resultados, varios grupos de investigación en todo el mundo siguieron trabajando en torno a la idea de la clonación, y uno de ellos se aventuró con éxito en el intento de clonar mamíferos.
El grupo de Ian Wilmut, utilizó células de glándulas mamarias de oveja y trasplantó sus núcleos a óvulos de la misma especie, y se implantaron estos óvulos en úteros de una oveja embarazada que hizo de madre nodriza. Obteniendo como resultado, tras hacerlo en muchos óvulos, tan solo una oveja clonada, la famosa oveja Dolly. Esto les decía que, al igual que con los sapos, aunque era un proceso ineficiente, era posible la clonación de mamíferos.


Sin embargo había algo en Dolly que la hacía extraña, distinta a las demás. Era una oveja que había nacido más vieja que el resto, y por eso vivió menos tiempo. Esto ocurría por el proceso que describimos en el post La muerte nos sonríe a todos, devuélvele la sonrisa, las células “envejecen” porque los extremos de sus cromosomas se acortan progresivamente. En el núcleo de la célula de la glándula mamaria utilizada para clonar a Dolly los cromosomas ya se habían acortado un poco, porque era una célula adulta (y por tanto, algo “envejecida”) proveniente de una oveja adulta. Así,  como éste núcleo fue el núcleo del “zigoto” a partir del cuál se generó Dolly, todas sus células tendrían sus cromosomas acortados, y por eso ella era más vieja de lo normal.

Y si bien hemos dicho que Dolly no fue el primer caso de un organismo clonado, desde luego tampoco fue el último. Muchos grupos de investigación a lo largo de los años posteriores a éstos descubrimientos han conseguido la clonación de toda clase de animales, entre ellos diversas especies de mamíferos, esto nos hace concluir que es posible la clonación de todas las especies animales utilizando este método. Pero…….¿todas?


¿Podemos clonar seres humanos?
Oficialmente esto nunca se ha intentado, por lo que decir que sí que podemos sería no ser del todo correcto. Sin embargo, los seres humanos somos a éstos efectos, iguales que el resto de animales, por lo que, teóricamente, no debería de haber ningún impedimento para poder clonar seres humanos igual que el resto de animales. Lo más probable, y de hecho, lo casi seguro, es que si hiciéramos lo mismo que se hizo con Dolly pero con células humanas, obtuviéramos clones humanos. Esto no se hace, al menos oficialmente, porque obviamente está prohibido, apelando al derecho de individualidad que tenemos todos los seres humanos.

Por último destacar que dos individuos clónicos, serían como dos gemelos*2. Genéticamente idénticos, aunque sus características personales no tendrían por qué ser iguales, ya que esto se debe a procesos posteriores que moldean al organismo, según los estímulos que reciba del ambiente, educación, vivencias, etc.
Aunque parezca mentira, algunas virguerías propias de las mejores tramas de ciencia ficción están hoy en día al alcance de nuestra mano, y la clonación es un claro ejemplo de ello.





*1 Hoy en día se sabe que el espermatozoide también aporta algunos componentes del citoplasma, como centriolos, pero esto no afecta al tema que tratamos aquí.
*2 Nos referimos, por supuesto, a gemelos univitelinos

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