Los misterios
del cerebro III: “Que la fuerza te acompañe”
Se trata de una frase muy
conocida de La Guerra de las Galaxias.
La fuerza en esta obra de ficción era una energía sobrenatural que otorgaba a
los que eran capaces de sentirla y dominarla habilidades extraordinarias.
Gracias a ella, los Jedi podían por ejemplo intuir cuando y donde iban a
recibir un disparo láser incluso sin poder ver, como aprende a hacer Luke Skywalker
como parte de su
entrenamiento. ¿Son los Jedi, unos meros personajes de ficción los únicos
capaces de esto? ¿o acaso los seres humanos somos capaces de dominar esta
“fuerza” para ser capaces de acciones como esta? La respuesta sorprendería a
más de uno.
¿Pueden ver los ciegos?, parece
una pregunta tonta, ya que la mera definición de ciego dicta que una persona
ciega es aquella que es incapaz de ver. Sin embargo hay algunos ciegos en los
que “La fuerza es muy intensa”. ¿Cómo reaccionarían si observaran que
un ciego esquiva hábilmente un objeto que se dirigía hacia el, antes de que
éste llegue a alcanzarlo? ¿Y si vieran a un ciego avanzar sin bastón ni perro
guía a través de un pasillo en el que hay diversos obstáculos, evitando cada
uno de ellos para alcanzar su destino sin demasiados problemas? Seguramente
todos quedaríamos asombrados y perplejos, y seguramente habría quien que se
apresuraría a decir que el ciego ha oído el objeto que se dirigía hacia él o
palpado, olido, sentido ect, los objetos del pasillo. La sorprendente realidad
es que hay algunas personas que aún sufriendo de completa ceguera son capaces
de hacer esto. Y éste fenómeno no se debe a que sean capaces de percibir los
objetos con el resto de sus sentidos, sino que, como apuntan los estudios en
este campo, los ciegos pueden ver estos objetos, un fenómeno conocido como VISIÓN CIEGA.
¿Cómo es esto posible? Para
entender este espectacular fenómeno, primero hemos de entender un poco de cómo
funciona nuestro cerebro.
Seguro que en alguna ocasión, por
algún desafortunado accidente, o por la mala intención de alguien, nos hemos
visto en la situación de que un objeto vuele directamente hacia nosotros
amenazando con impactar contra nuestro cuerpo. Y seguro que también en alguna
ocasión, hemos sido lo suficientemente rápidos como para reaccionar a tiempo y
evitar el choque.
Pero nosotros podemos ver, eso no es nuevo. Sin embargo no nos hemos parado a pensar lo que ocurre en nosotros en esa situación. Nosotros en absoluto somos conscientes de lo que está ocurriendo, no podríamos decir que es el objeto que viene hacia nosotros, ni de donde viene, de hecho, antes de reaccionar, ni siquiera somos conscientes de que algo peligroso se aproxima hacia nosotros. La reacción es primero, la comprensión después. Es precisamente por eso que muchas veces quedamos en ridículo cuando reaccionamos tratando de esquivar una simple sombra, o cuando reaccionamos ante el amago de alguien que finge tirarnos algo.
Que el orden de acontecimientos
sea ese, no es algo trivial, sino que tiene su sentido biológico. Si nos va a
atropellar un autobús, el orden de prioridades para nosotros es 1. Movernos
rápidamente para evitar el atropello 2. Entender que un autobús de color rojo
avanzaba hacia nosotros con la velocidad apropiada para hacernos daño en una
previsible colisión, dadas las trayectorias de ambos. Del mismo modo que si nos
quemamos la mano, lo primero que hacemos es retirarla, antes de comprender que
es lo que está sucediendo. De hecho, si alguien decidiera cambiar el orden de
esos acontecimientos, dudo mucho que sus genes se transfirieran a la siguiente
generación. La clase de mecanismos que provocan la primera respuesta son los
que llamamos reflejos.
Para que estos reflejos sean
posibles necesitamos dos pilotos a los mandos del cerebro. Uno de ellos somos
nosotros, con consciencia de nosotros mismos, con capacidad de ver, oír,
entender, etc el mundo que nos rodea y tomar decisiones basadas en la reflexión
para ejecutar nuestras acciones. Es decir, el cerebro consciente. cerebro inconsciente.
El segundo piloto, es el piloto automático,
que, nos lo permita nuestro ego o no, es más rápido y eficaz que nosotros
mismo. Él se encarga de los mecanismos que son reflejos o automáticos, desde
mantener la respiración constante hasta reaccionar rápidamente ante estímulos
peligrosos. Este es el
Los órganos encargados de
nuestros 5 sentidos, conectan tras recibir la información tanto con áreas del
cerebro gobernadas por el cerebro consciente, en las cuales la información se
comprende, estructura e interpreta, como con áreas dirigidas por el piloto automático,
que elabora respuestas rápidas y de suma importancia, ante la información
recibida. Éste segundo circuito, por necesidad, es mucho más rápido que el
primero.
Volviendo pues al caso de la
visión ciega, lo que ocurre con estos ciegos es que tienen dañadas las áreas
cerebrales encargadas del procesamiento consiente de la información, por lo que
el circuito del cerebro consciente no funciona, lo que hace que estas personas,
conscientemente no vean nada. Sin embargo, sus ojos funcionan correctamente, y
pueden enviar la información a las áreas del cerebro inconsciente, y éstas
pueden hacer que respondan a los estímulos, esquivando objetos que se les
aproximan, u obstáculos en su camino, sin que ellos sean conscientes de que lo
han hecho.
Estas y muchas otras son las
maravillas de las que es capaz esta “Fuerza”, éste cerebro inconsciente, que no
siempre tenemos en cuenta pero que es de una perfección e importancia supremas.
Que la fuerza os acompañe.
Vídeo de Redes sobre visión ciega:
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