La extraña magia de las células madre.
Todos hemos oído
alguna vez eso de las células madre. Parece que es algo que está de moda, tanto
sus beneficios para la salud humana, como su eterna controversia y polémica,
pero ¿qué son realmente las células
madre? ¿para qué sirven? ¿por qué tanta polémica con su uso? y ¿por qué hay
gente (e instituciones) que no quieren ni oír hablar de ellas?.
Pues bien, empezando
por el principio, las CÉLULAS MADRE,
son simplemente aquellas células que
tienen la capacidad de dividirse para dar dos células hijas. Como todos
sabemos, nuestro cuerpo, como el de
todos los organismos, está compuesto de muchísimas
células, pero no todas ellas son iguales. Tenemos células tan diferentes entre sí que sirven como
neuronas y células del corazón o de la piel, o del estómago; cada una
especializada en una función diferente. El proceso que lleva a que las células
se especialicen de ésta forma de llama DIFERENCIACIÓN
(del que hablaremos en otra ocasión) y, cuando ocurre, las células quedan
condenadas para siempre a quedarse con esa especialización y pierden la
capacidad de dividirse y reproducirse.
Aquí es donde entran
las famosas células madre. Las podemos encontrar en dos formas distintas, en el
primer caso reciben el nombre de CÉLULAS MADRE
EMBRIONARIAS, son las primeras células que se dividen en el
embrión y que tras dividirse muchas veces, sufrirán esa diferenciación para
especializarse, pero antes de esto tienen una capacidad de división muy fuerte (tienen que generar todas las
células del organismo a partir de unas pocas). El segundo tipo es uno de los
responsables de que podamos vivir tanto tiempo, son las CÉLULAS
MADRE ADULTAS. Puesto que nuestro organismo está formado por
conjuntos de células con la misma especialización*, formando los distintos órganos (cerebro,
corazón, piel, etc) y en la mayoría de ellos existe un pequeño conjunto de
células que no se han especializado del todo, que todavía pueden dividirse, pudiendo regenerar éstos órganos en caso de que
sufran daños o de que pierdan células por su uso normal y el paso del tiempo,
como en el envejecimiento. Éstas son las células madre adultas, que tienen una
menor capacidad de división que las embrionarias, ya que se trata de células
madre, y por tanto con capacidad para dividirse, pero más “viejas” que las
embrionarias.
¿Y por qué tanto
interés en éstas células madre?, pues bien, son la gran esperanza para muchas enfermedades que provocan daños en
distintos órganos, ya que con éstas células podemos hacer manipulaciones
que nos permitan elegir una especialización u otra para utilizarlas en la
regeneración de los órganos dañados. Esto
puede sernos de gran utilidad para
ciertas enfermedades como la diabetes,
infartos de miocardio, enfermedades
neurodegenerativas como la esclerosis, Parkinson,
Alzheimer y otras muchas. En éste sentido lo que falta
conseguir con ellas es lo más difícil, que es conseguir “comunicarnos” con ellas para que una
vez utilizadas en los pacientes se sitúen
y organicen como nosotros queramos, para que cumplan las funciones que nos
interesan, esto es algo tremendamente complicado y en lo que muchos científicos
trabajan hoy en día.
Pero entonces, ¿por
qué hay tanta polémica con el uso de células madre?, la polémica viene sobre de
dónde sacamos éste tipo de células, ya que si utilizamos las llamadas CÉLULAS
MADRE EMBRIONARIAS antes comentadas, esto implica
iniciar el desarrollo de un embrión
humano, y al llegar a un momento en el que éste tiene 16 células( 8 o 9 días desde la concepción), extraer las células madre de éste (que
luego pueden cultivarse para que se reproduzcan y tener muchas más), lo que implica la interrupción del embrión al
llegar a la masa de 16 células, algo que tanto la iglesia como otras
instituciones y colectivos no ven con buenos ojos.
Por fortuna, hoy en
día esto se ha solucionado gracias al
impresionan trabajo de Shinya Yamanaka, que ha recibido éste año el premio nobel de medicina
por él, y que, junto con su equipo, ha
conseguido convertir CÉLULAS
ADULTAS,
especializadas (en concreto con unas células
llamadas fibroblastos), en CÉLULAS MADRE,
eliminado por tanto la polémica de cómo se obtienen, y consiguiendo unas
células madre inducidas (llamas también IPS), con menos capacidad de dividirse, (menor incluso que las células madre
adultas) es decir, con más limitaciones pero
también menos riesgo de que el
incorrecto uso de ellas llegue a provocar
un cáncer, un riesgo que está muy controlado para las terapias con células
madre, puesto que se tiene muy en cuenta, pero que no hay que negar que existe.
Podríamos concluir
que las terapias con células madre
son un tema de vanguardia, una gran
esperanza para la salud humana, con mucho camino recorrido, pero todavía
mucho por recorrer.
*(en realidad hay
unos pocos tipos de células distintos, por ejemplo, en un cerebro no sólo hay neuronas, pero eso ahora no nos importa).
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