El
Sistema Inmunitario II: La élite de las defensas
Como adelantábamos en el
post anterior, muchas de las amenazas a nuestra salud son organismos
muy perfeccionados y completamente preparados para invadir nuestro
organismo e impedir que las defensas generales los reconozcan. Así,
superan fácilmente los mecanismos de defensa generales que ya
describimos. Por eso, son necesarios mecanismos muy sofisticados,
capaces de detectar millones de componentes que no son propios de
nuestro organismo, para poder atacar todo aquello que nuestro cuerpo
reconoce como extraño, es decir, como no propio.
Estos mecanismos deben
ser capaces de detectar moléculas muy específicas, que a menudo son
únicas de una sola especie de microorganismo, esto significa que
nuestro organismo necesita poder detectar millones y millones de
moléculas distintas (proteínas en su mayoría), que no producen sus
células y sí los distintos patógenos que amenazan nuestra salud y
distinguir entre estas moléculas y las propias del organismo, para
no atacarse a sí mismo. Esto puede hacerse gracias a un tipo
especial de proteínas, los llamados ANTICUERPOS.1
Estos son proteínas con forma de Y. En el extremo de los dos brazos de la Y tienen una zona que es única de cada anticuerpo y encaja con una única* molécula extraña, pudiendo por tanto unirse a ella.*2. Las células que producen estos anticuerpos con los llamados LINFOCITOS B, cada linfocito diferente sólo produce un anticuerpo distinto, y tienen estos linfocitos en su superficie muchas copias del mismo anticuerpo.
Así, el organismo es capaz de reconocer los millones de moléculas presentes en todos los microorganismos que pueden invadirnos, porque produce un anticuerpo capaz de unirse a cada una de ellas*.
Estos son proteínas con forma de Y. En el extremo de los dos brazos de la Y tienen una zona que es única de cada anticuerpo y encaja con una única* molécula extraña, pudiendo por tanto unirse a ella.*2. Las células que producen estos anticuerpos con los llamados LINFOCITOS B, cada linfocito diferente sólo produce un anticuerpo distinto, y tienen estos linfocitos en su superficie muchas copias del mismo anticuerpo.
Así, el organismo es capaz de reconocer los millones de moléculas presentes en todos los microorganismos que pueden invadirnos, porque produce un anticuerpo capaz de unirse a cada una de ellas*.
Linfocito B con anticuerpos en su superficie |
Otras células
importantísimas de nuestro sistema inmunitario son los LINFOCITOS T,
de los que hay dos tipos diferentes, los Th, y los Tc. Ambos tipos
son células que tienen en su superficie otras proteínas llamadas
receptores que hacen la función de anticuerpos, y también les
sirven para reconocer moléculas extrañas de igual forma*2,
cada linfocito T produce varias copias de sólo una de estas
proteínas, de la misma forma que los linfocitos B sólo producen un
anticuerpo distinto.
Linfocito T con un receptor, llamado TcR |
Todas estas armas se
combinan en un engranaje biológico de lo más sofisticado y preciso
para conseguir ser letales para las múltiples amenazas a nuestra
salud. Para entender este funcionamiento nos sería útil imaginar
que le ocurriría a un microorganismo dañino una vez invade nuestro
organismo. Una vez en nuestro interior, este microorganismo puede
encontrarse con muchos linfocitos Th distintos, y si alguno de ellos
tiene el receptor que “encaja” con alguna molécula del
microorganismo, se unirá a ella, y entonces, el linfocito se
activará. Cuando un linfocito Th se activa, actúa como un
centinela que alerta al organismo de que ha encontrado una amenaza.
Así, libera una serie de señales químicas que otras células
defensivas, como los linfocitos B, macrófagos , leucocitos, etc,
pueden recibir, y que atrae a todas estas células al lugar en el que
se encentra el linfocito Th. De este modo, estos centinelas son
capaces de reconocer a casi cualquier amenaza y dar la alarma para
atraer a todas las defensas y así facilitar la destrucción de la
amenaza.
En cuanto a los
linfocitos B, cuando el microorganismo se encuentra con ellos, si los
anticuerpos de superficie de algún linfocito B “encajan” con
alguna molécula del patógeno, el linfocito B se activa, igual que
ocurría con el Th, pero en este caso, en lugar de llamar al resto de
células, al activarse, los linfocitos B comienzan a dividirse, de
forma que se multiplican mucho y al final hay un montón de
linfocitos que producen el anticuerpo que se une a esa molécula del
patógeno. Parte de estos nuevos linfocitos se dedican a producir
anticuerpos de forma masiva y soltarlos al exterior, de forma que
estos pueden unirse sobre los microorganismos de forma masiva.
Las células plasmaticas son linfocitos B activados. |
Ésto
es útil porque ayuda a otras células defensivas como macrófagos,
leucocitos, etc, a reconocer a los patógenos y destruirlos. El
resto de los linfocitos se mantienen en reserva, y gracias a ésto,
la próxima vez que ese microorganismo nos invada, tendremos más
copias del linfocito que lo reconoce, y por lo tanto la respuesta de
nuestro organismo será más rápida y contundente,
ésta es la
base de que nuestro organismo “aprenda” a responder, y es la
razón de ser de las famosas vacunas.Que haya anticuerpos unidos a las bacterias ayuda al macrófago a reconocerlas y digerirlas |
Por último nos queda
hablar de unas amenazas muy peculiares que hemos pasado por alto, los
virus. Estos organismos, se meten dentro de nuestras células y se
aprovechan de los recursos de éstas para reproducirse. Cuando se han
reproducido lo suficiente y hay un gran número de copias del virus
en el interior de nuestra célula, esos se liberan al exterior, y en
la gran mayoría de los casos, esto conlleva la muerte de la célula.
Además también existen bacterias que se introducen en nuestras
células igual que los virus, y así evitan que los linfocitos B y Th
puedan reconocerlas y matarlas. ¿Cómo pueden identificarse y
atacarse estas amenazas? La respuesta nos lleva al tercer tipo de
linfocito que habíamos nombrado, los linfocitos Tc. Estos linfocitos
son unas células que actúan de una forma parecida a los inspectores
de sanidad, aunque de un modo más sangriento. Los inspectores de
sanidad recogen muestras de las distintas comidas preparadas en
distintos locales y las analizan para asegurase de que no contienen
nada dañino para la salud. Los linfocitos Tc actúan igual, todas
las células de nuestro organismo sacan a su superficie pequeñas
muestras de lo que hay en su interior, para mostrárselas a los
linfocitos Tc, si éstos reconocen algo extraño en estas muestras,
(como por ejemplo componentes de un virus que hay dentro de la
célula), obliga a esta célula a suicidarse, eliminado con ella
las amenazas que existieran en su interior. Este mecanismo también
funciona con células, que aunque no tengan microorganismos patógenos
en su interior, se comporten como no deben, como las células
tumorales. Además, si estas células se niegan a enseñar la muestra
(cosa que suelen hacer las tumorales), hay otras células, los
linfocitos NK, que se encargan de matarlas.
Linfocito Tc matando una célula infectada por virus |
Linfocito NK matando una célula tumoral |
Así es como actúan las
defensas más precisas del Sistema Inmunitario, reconociendo
específicamente los millones de moléculas distintas que forman
parte de los millones de microorganismos distintos, para que no haya
ninguna amenaza que pueda escapar a sus casi perfectos mecanismos.
Nota: Si el lector
conoce algo de inmunología, se dará cuenta enseguida de que este
post es una extrema simplificación de el funcionamiento real del
sistema inmunitario. No nos hemos referido a la organización de este
en el espacio, puesto que no hemos hablado de vasos ni ganglios
linfáticos, ni siquiera hemos nombrado el importantísimo proceso de
presentación de antígenos y hemos simplificado mucho el papel de
cada célula en el complejo engranaje defensivo. Tampoco hemos
entrado en los maravillosos detalles moleculares del funcionamiento
de esta maquinaria, es una pena pero la intención es que el lector
tenga una visión general muy básica de esta, puesto que más
información probablemente podría saturarle y confundirle.
*1 Esto es una
simplificación, cada anticuerpo (o cada receptor de linfocito Th o
Tc), realmente no solo encaja con una sola molécula extraña como la
llave en la cerradura, realmente es algo un poquito más flexible, de
forma que no solo encaja con una molécula, sino con unas pocas (muy
pocas).
*2 No hemos comentado
cómo es posible que podamos generar un anticuerpo y receptor de
linfocito T para cada una de las millones de posibles moléculas del
universo, a excepción de las nuestras propias. La respuesta está en
que los genes que sirven para fabricar los extremos de los brazos de
los anticuerpos están divididos en “piezas” y esas piezas pueden
combinarse de casi infinitas formas posibles para dar los millones de
anticuerpos/receptores de linfocitos T diferentes y únicos, que
puedan unirse a estos millones de moléculas distintas.
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