¿Porqué
mi hígado y mi pulmón son diferentes?
Parece
una pregunta simple, básica y tonta, pero ¿cuántos sabrían en
realidad la respuesta?. Nuestro organismo contiene una infinidad de
órganos diferentes, cada uno especializado para realizar una
determinada función, todas ellas indispensables para el correcto
funcionamiento del organismo. El que haya un sistema preparado para
realizar cada una de éstas funciones es lo que al fin y al cabo,
hace posible la vida. Cada uno de estos órganos y sistemas está
formado por células diferentes, especializadas para llevar a cabo la
función del órgano en cuestión. Así, tenemos desde las células
de defensa que ya describimos anteriormente, hasta las células del
corazón o las complejas neuronas, una infinidad de células
diferentes (se habla de alrededor de 200 tipos distintos de células
en el cuerpo humano). Sin embargo todos nosotros nacemos de una única
célula, todos empezamos siendo un simple zigoto, una célula nacida
de la fusión del espermatozoide paterno y del óvulo materno, y, a
partir de ahí, producimos millones de células, que, tras terminar
nuestro desarrollo fetal, quedan perfectamente ordenadas, formando
órganos perfectamente colocados en su sitio, cada uno donde debe
estar, y cada uno formado por células diferentes especializadas*.
Un
muy buen profesor comenzaba una de sus clases planteando la siguiente
reflexión:
La
formación de la tierra se sitúa hace unos 4500 millones de años,
y, aunque el momento en el que se originó la vida en ella sigue en
discusión, éste se sitúa alrededor de entre 4000 y 3600 millones de años.
Sin embargo, el origen de los organismos pluricelulares, (es decir,
aquellos que como nosotros, están formados por muchas células,
organizadas entre sí), fue tan solo hace 800 millones de años. Es
decir, hizo falta más tiempo (y esto significa que fue más difícil)
para la aparición de vida pluricelular a partir de la vida, que para
la aparición de vida a partir de la nada. Esto quiere decir que es
más complejo organizar un conjunto de células que formen un
organismo pluricelular que formar toda la diversidad de moléculas
necesarias para la vida y organizarlas en la formación de una
primera célula. Esto debe hacernos una idea de lo realmente complejo
que es organizar las células de un organismo en un conjunto de
órganos especializados colocados en la posición correcta.
Además
de la dificultad de la organización en todo el organismo, se nos
plantea otro interrogante, si todas nuestras células surgen de la
división sucesiva a partir de un único zigoto, todas ellas tendrán
exactamente el mismo ADN, es decir, el mismo conjunto de genes. ¿Cómo
entonces pueden ser diferentes las células en distintos órganos?.
En otras palabras, si dos células tienen la misma información
genética, ¿Porqué una puede ser una neurona y la otra una célula
muscular del corazón?, y así con todos los posibles ejemplos (200
tipos distintos de células).
El
proceso por el que dos células con el mismo ADN pueden llegar a ser
diferentes, se llama DIFERENCIACIÓN CELULAR. Los primeros
científicos que se interesaron por este proceso, pensaron que esto
ocurría porque las células, perdían genes poco a poco a lo largo
de su desarrollo, de forma que era el ADN que le quedaba a cada una
lo que determinaba en que se convertía. Para contrastar esta idea,
se plantearon unos experimentos tan curiosos como interesantes. Se
cogieron óvulos de sapo, y se les extrajo el núcleo (donde se
encuentra el ADN). Tras ésto, se extrajeron células del estómago de
un sapo y se transplantó el núcleo de éstas al óvulo. El
sorprendente resultado fue que el óvulo, inició el desarrollo
embrionario y dio lugar a un clon del sapo al que pertenecía la
célula de la piel*2.
Este impresionante resultado daba al traste con la teoría propuesta,
ya que, si las células perdían ADN en el proceso de diferenciación,
la célula de la piel no podría contener todos los genes necesarios
para generar un organismo completo.
¿Y
entonces cómo es posible la diferenciación celular? Para entender
este proceso podemos imaginar que todo el ADN de una célula es como
una enorme biblioteca que concentra todo el saber del mundo. Si un
estudiante está interesado en aprender historia, deberá escoger de
entre toda la biblioteca, aquellos libros que traten sobre ella, y no
otros, del mismo modo que un estudiante que pretenda aprender
medicina, deberá escoger aquellos libros que traten de medicina, y
descartar los demás. Las células funcionan de igual modo, de toda
la variedad de genes posibles, las células escogen unos cuantos, y
según cuales de ellos escojan y activen, (mientras el resto de
gentes permanecen inactivos), se convertirán en un tipo de célula u
otro. Es decir, es la combinación de genes activos de entre todos
los posibles, lo que determina que una célula sea de un tipo u otro.
Bien
pues, resuelta esta cuestión nos queda la otra no menos importante.
¿Cómo sabe una célula que va a formar parte del pulmón, que debe
de escoger los genes necesarios para convertirse en célula de pulmón
y no otros, y que debe ir al lugar donde se formará el pulmón? En
otras palabras, ya sabemos cómo puede diferenciarse una célula,
pero ¿cómo sabe a qué debe diferenciarse y a donde debe ir?
La
respuesta a esto es absolutamente increíble: Las células hablan
idiomas. Del mismo modo que los humanos debemos comunicarnos unos con
otros para trabajar en equipo, las células también deben hacerlo.
Durante el desarrollo las células hablan unas con otras para decirse
a donde deben ir, y en qué deben convertirse. Siempre hay un grupo
de células que se diferencian antes que las demás y son las que
dirigen un poco más el proceso, aunque es necesaria la colaboración
y la comunicación de todas las células entre sí. La forma de
comunicarse de las células es mediante señales químicas que se
envían unas a otras, eso les va diciendo sucesivamente lo que tienen
que hacer, donde deben ir, en que deben convertirse y con quien deben
hablar.
Ejemplos de tipos celulares en que puede diferenciarse una célula embrionaria |
Pero
si todas las células salen de un zigoto, inicialmente todas son
iguales, porqué unas hacen caso a unas señales para diferenciarse
en algo, y otras a otras para diferenciarse en otra cosa. Aquí es
donde entran los idiomas. Si un alemán nos pide que hagamos algo, a
menos que entendamos alemán, difícilmente lo haremos. Lo mismo les
pasa a las células. Desde las primeras células que surgen de la
división del zigoto, algunas saben unos idiomas, y otras otros (es
decir, algunas están preparadas para reaccionar ante una determinada
señal química A, y otras ante otra señal B), de forma que cuando
les llega una señal, solo una parte de ellas reacciona, y ahí es
donde comienza todo el proceso de diferenciación.Se trata de un
proceso en cadena, ya que una determinada señal puede decirle a una
determinada célula que aprenda otro “idioma”, de forma que más
adelante puede reaccionar ante otra señal que le diga que se mueva
hacia un determinado lugar, que empiece a activar ciertos genes para
empezar a convertirse en un determinado tipo de célula, que aprenda
otro idioma, que envíe una señal a otras células..., y así
sucesivamente, hasta que cada célula llega a su destino diferenciada
en lo que debe ser.
Esto
resulta fácil de decir, pero pueden imaginarse la extrema
complejidad de este proceso, las miles de moléculas distintas
necesarias para ordenar todo como debe ser, el proceso, y las señales
sucesivas necesarias para la formación de cada órgano y para la
diferenciación de cada tipo de células es diferente, y para la gran
mayoría de tipos de células es desconocido en gran parte para los
científicos.
Nos
queda sin embargo por comentar un detalle, hemos dicho que desde las
primeras células que surgen de la división del zigoto, ya unas
están preparadas para hablar unos idiomas y no otros. Si todas
surgen de un mismo zigoto ¿cómo es esto posible?. La respuesta a
esto es otra de las impresionantes maravillas del desarrollo
embrionario. En el preciso instante en el que el espermatozoide
contacta con el óvulo, el interior de éste se reorganiza, y dentro
de éste hay proteínas*3preparadas
para activar unos genes u otros. La reorganización deja estas
proteínas perfectamente compartimentadas para que nada más se
divida el zigoto, unas células hijas de éste se lleven unas
determinadas proteínas, y otras otras. Esto hace que en cada una de
las células hijas inmediatas del zigoto, se exprese una combinación
de genes que les haga aprender unos idiomas y no otros, de forma que
justo después del zigoto, nuestras células ya empiezan a ser
diferentes, y están lista para el complejísimo viaje hacia su
diferenciación y destino final.
*1
En
realidad hay unos pocos tipos de células que son comunes a distintos
órganos, pero eso no es importante para el tema que nos atañe.
*2
Esto es una simplificación de un experimento bastante más complejo
que involucró a un mayor número de animales y condiciones, pero que
refleja perfectamente el verdadero interés de éste.
*3
En muchos casos estas no so proteínas sino precursores de éstas
(mRNAs), pero eso solo haría que complicar la comprensión del
proceso así que lo pasamos por alto.